martes, 13 de febrero de 2018

El peso de la prisa

Me levantaba a carreras y eso que el reloj seguía teniendo una 6 como primera cifra, corriendo a la ducha, cremas, maquillaje, despertar a los niños en el preciso momento en el que aparece un 7, preparar desayunos, meriendas de media mañana, meriendas de media tarde y todo entre nervios, voces de no llegamos...y al final, me estaba perdiendo lo más importante, lo que necesitan Guz y Elena no es que sea una madre perfecta de las que tiene todo preparado...lo que necesitan es exactamente lo mismo que yo necesito de ellos: que seamos felices!
Así que aplico la primera medida y me levanto 30 minutos más tarde y me levanto tranquila y les levanto tranquila y al final llegamos al colegio solo 5 o 10 minutos más tarde.....está claro que las prisas no son buenas!

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