...aunque creo que nunca las tuve. Siempre es igual, sólo que siempre se me olvida. Y es que la luna llena me afecta muchísimo y eso es decir poco! Así que aquí estoy, en el trabajo intentando concentrarme, escuchando música gregoriana, a ver si por una vez soy capaz de no hacer caso a la luna y centrarme en lo importante: en lo que tengo y en lo que quiero tener, en todo lo bueno que me rodea y no en la piedrecita del zapato (por mucha lata que de)...
Ya solo queda una vez más, respirar y esperar a la siguiente luna llena....
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